Desde que
tengo memoria, la Semana Santa con sus dos días feriados ha pasado por
distintas etapas que han ido cambiando las costumbres y sentimientos de quienes
profesan religiones cristianas.
Recuerdo de niño, especialmente los
días jueves y viernes Santos eran
jornadas de total recogimiento y apego a las actividades de la iglesia. No se
realizaban reuniones públicas, menos aún de esparcimiento o diversión, los
bares y negocios cerraban sus puertas, las radios y canales de televisión solo
emitían música sacra o programaban películas alegóricas, los pueblos y ciudades
parecían desiertos, las familias cristianas se reunían en la mesa familiar
respetando a rajatabla el ayuno y la abstinencia.
Las comidas eran en base a pescado, se
compraba el bacalao seco (que nunca me gustó), las clásicas sardinas con arroz
o... Continuar leyendo