A fines de la década del 60 y principios de la siguiente
Hernandarias comenzó a tener una actividad nueva para la època: el turismo. Una
actividad que con el tiempo aprendimos a valorar como fuente importante de
ingresos y generadora de mano de obra para mucha gente.
La vieja casilla que quedó desocupada cuando se levantó la
delegación local de Prefectura sirvió para dar alojamiento a turistas que se
iban maravillados de la tranquilidad y la belleza natural que nuestro pueblo
ofrecía. Luego la demanda creció y se construyeron los primeros bungalows con
paredes de ladrillo y techos de paja con casi ninguna otra comodidad que las
camas. Igualmente no daban abasto, por ello fue necesario construir más y
cambiar los techos de paja por chapas, adicionándoles también baños privados.
La creciente demanda de mejores servicios trajo luego un emprendimiento privad
de cabañas de madera y por último los viejos bungalows fueron reemplazados por
otros más... Continuar leyendo